Site specific / Charcoal on wall . by artist: Guillermo Mena at the Caraffa Fine Arts Museum of Córdoba . Argentina .
Curated by: Daniel Fischer
Curated by: Daniel Fischer
Texto Curatorial
DANIEL FISCHER
KUSANAGI NO TSURUGI «LA ESPADA DE LA LLUVIA, DE LAS NUBES EN RACIMO»
Un artista debe ser un guerrero, un samurai.
En "batalla", ir contra todas sus "guerras", desmontando todas las "verdades".
Al intuir una certeza, debe sumergirse con crudeza en la marea de sus ideas, con valentía enfrentar sus temores más profundos, como si cortara "las ocho cabezas de la serpiente" y si, y solo así, podrá encontrar en su interior uno de los grandes instrumentos para enfrentar la vida: «La espada de la lluvia de las nubes en racimo».
Hace tiempo Guillermo Mena busca con inteligencia e insistencia hallar esa "fortuna". Confuso y dudoso se pregunta y ensaya prácticas del mismo modo que lucha y las experimenta: Tormenta que acumula nubes y se precipita; tornado que avanza sórdido y violento".
Hoy en sala con fulgor opresivo y lleno de lirismo, Mena "pulveriza", una pared de 90 metros cuadrados. En un abrir y cerrar de ojos nos hace testigos, nos incluye y estalla frente al espectador. Con cierta complicidad tizna, hilvana y oblitera imágenes de su subconsciente. Mientras empaña nuestros ojos, críptico nos diluye con gestos en un dominio de cierto magnetismo borroso. Quizás, en un intento de involucrarnos y expandir nuestra percepción, tal vez con el propósito emocional de perturbarnos para llevarnos a un éxtasis más allá de nuestra racionalidad.
DANIEL FISCHER
KUSANAGI NO TSURUGI «LA ESPADA DE LA LLUVIA, DE LAS NUBES EN RACIMO»
Un artista debe ser un guerrero, un samurai.
En "batalla", ir contra todas sus "guerras", desmontando todas las "verdades".
Al intuir una certeza, debe sumergirse con crudeza en la marea de sus ideas, con valentía enfrentar sus temores más profundos, como si cortara "las ocho cabezas de la serpiente" y si, y solo así, podrá encontrar en su interior uno de los grandes instrumentos para enfrentar la vida: «La espada de la lluvia de las nubes en racimo».
Hace tiempo Guillermo Mena busca con inteligencia e insistencia hallar esa "fortuna". Confuso y dudoso se pregunta y ensaya prácticas del mismo modo que lucha y las experimenta: Tormenta que acumula nubes y se precipita; tornado que avanza sórdido y violento".
Hoy en sala con fulgor opresivo y lleno de lirismo, Mena "pulveriza", una pared de 90 metros cuadrados. En un abrir y cerrar de ojos nos hace testigos, nos incluye y estalla frente al espectador. Con cierta complicidad tizna, hilvana y oblitera imágenes de su subconsciente. Mientras empaña nuestros ojos, críptico nos diluye con gestos en un dominio de cierto magnetismo borroso. Quizás, en un intento de involucrarnos y expandir nuestra percepción, tal vez con el propósito emocional de perturbarnos para llevarnos a un éxtasis más allá de nuestra racionalidad.
Fotografías . Pablo Martinez / Emilia Lopez / Gonzalo Viramonte / Laura Cassin